Cómo controlar tus nervios al hablar en público

Unos de los grandes secretos de los y las grandes ponentes es este: Ellas y ellos también están nerviosos antes de hacer una presentación importante.

Cómo controlar tus nervios al hablar en público

13 febrero, 2024|Categorías: Blog |

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¿Cómo te sientes cada vez que tienes que hablar delante de otras personas? Se calcula que un 75% de la población lo pasa mal cuando tiene que hablar en público. Si estás dentro de este porcentaje, la respuesta a la pregunta supondrá que sientes muchos nervios, temblores, sudores o en el peor de los casos la imposibilidad de explicar tus ideas de manera ordenada, con el riesgo de quedarte en blanco.

Ya conoces la importancia de la habilidad de hablar en público, y el valor que cada vez más se le da en el mercado profesional. Saber comunicar delante de otras personas es un superpoder, que puede hacerte destacar y conseguir más y mejores oportunidades de trabajo.

Si te cuesta hablar en público estarás pensando en el cómo haces tú para controlar esos nervios que pueden arruinar tus presentaciones. Para ayudarte vamos a destacar cuatro consejos que te ayudarán a controlar mejor tus nervios a la hora de hablar en público:

1.- Rebaja tus expectativas

Unos de los grandes secretos de los y las grandes ponentes es este: Ellas y ellos también están nerviosos antes de hacer una presentación importante.

Claro, ¿cómo no van a estarlo? Hablar en público es importante, y exigente, no es una situación cualquiera. Si haces mal un examen escrito nadie te está mirando cuando dejas una pregunta en blanco o te equivocas en una respuesta, pero las presentaciones ocurren en directo, delante de muchas personas que te están observando fijamente. Por eso es una situación ante la que el cuerpo reacciona, te pone alerta, activa tu sistema nervioso como si tuvieras que huir de un león en la sabana. Y esto ocurre quieras o no quieras.

Puede que estos pensamientos surjan antes de tu presentación:

  • No quiero sudar.
  • No quiero que me tiemblen las manos.
  • No quiero enrojecerme.

Para bien o para mal, esto no va a ocurrir en tus primeras presentaciones. La clave es aceptarlo y rebajar tus expectativas. Y en lugar de esperar que ocurra lo anterior, puedes pensar que lo vas a hacer a pesar de los nervios. Eso es lo que piensan esos grandes ponentes, saben que los nervios estarán ahí, y tratan de convertirlos en adrenalina que les dé energía para estar a tono en su intervención.

Por eso, céntrate en lo que sí puedes controlar y adapta a ello lo que esperas que ocurra en tu ponencia. Y recuérdate los días previos a tu charla que “lo vas a hacer a pesar de los nervios”.

2.- Prepara bien tus discursos

Cuando tienes que hacer una presentación se escuchan muchos consejos y trucos dirigidos a salir del paso. Simplezas como que te imagines al público desnudo, que no ensayes porque no parecerás natural o directamente que te tomes una pastilla de X fármaco antes de tu intervención.

La realidad es que el único consejo universal que seguro que da resultados en tus primeras presentaciones es este: Prepara tus intervenciones extremadamente bien.

Lo que necesitas en este punto son estímulos positivos. Necesitas exponerte a la audiencia, estar nervioso, mucho incluso, pero aún así hacerlo bien. Decirle a tu cabeza, las veces que haga falta, que existe una asociación que está bajo tu control, y es el hecho de que cuanto más prepares tu intervención mejor te saldrá. Al hacer una presentación bien preparada, verás como sales airoso de la situación a pesar de los nervios, incluso verás que lo haces mejor que la media, y tu autoestima irá mejorando a cada intervención.

A la hora de preparar tus charlas tendrás que dominar la materia de tu presentación, por supuesto, pero también los básicos de la oratoria, para irlos integrando en tus discursos poco a poco.

3.- Ensaya

Nunca vayas a una presentación y que las palabras que salgan de tu boca lo hagan por primera vez en ese momento. Si te cuesta hablar en público lo más probable es que los nervios te dificulten la fluidez de palabras. Seguro que entre amigos puedes expresarte sin problema, pero al tener una audiencia delante parece que tu cerebro se seca, y de tu boca salen ideas inconexas que te hacen sentir frustración.

Por eso tienes que ensayar, para que tengas en mente un escenario ideal: que tu discurso salga igual que cuando lo recitas en voz alta en tu cuarto. Pero ¿sabes qué? Eso no va a ocurrir.

Y esto nos devuelve al punto 1, adapta tus expectativas, en este caso, respecto a cómo será tu intervención. El objetivo es que consigas acercarte lo máximo posible a la versión ensayada de tu discurso, no hacerlo exactamente igual, porque la situación no tendrá nada que ver. El día de la presentación habrá nervios o situaciones no controladas con las que lidiar.

Si tienes por hábito preparar y ensayar tus charlas, el camino terminará contigo haciendo buenas presentaciones y no sufriendo tanto como puede que sufras ahora mismo.

Un ensayo sólido es además bastante sencillo: Primero lee tu texto en alto varias veces, después grábate en vídeo y por último busca a alguien a quien presentarle tu discurso antes del gran día.

4.- Usa técnicas para controlar tus nervios

A veces, la incapacidad de hablar en público es patológica, un tipo de fobia social, seguro que has oído hablar de la glosofobia, que es la incapacidad patológica de hablar en público. Pero es poco habitual que una persona no sea capaz de conseguir hablar razonablemente bien en público si se prepara y practica.

Cuando llegue el día D y los nervios te atosiguen, y aparezcan temblores, sudores y palpitaciones, puedes tener una rutina para tratar de controlarlos. Esta rutina puede implicar retirarte antes de tu charla a una sala o simplemente al baño. Después, siéntate tranquilamente y haz algún ejercicio de relajación o respiración. El ejercicio puede ser el que más te relaje, lo importante es que lo pruebes una primera vez, y después tengas el hábito de hacerlo siempre. Por ejemplo, puedes hacer una respiración diafragmática; una pequeña meditación, que suponga contar hasta siete y volver a empezar la cuenta durante unos minutos.

También puedes combinar ambas, o probar cualquier otro ejercicio de respiración, meditación, mindfulness o similares que conozcas.

Curso para hablar en público

Si lanzas tiros libres 8 horas al día con una mala técnica te convertirás en el mejor mal tirador de tiros libres. La frase anterior se le atribuye a Michael Jordan, pero quién sabe…

En todo caso, la idea respecto a tu habilidad para hablar en público nos sirve: Si practicas con una técnica errónea en todas tus próximas presentaciones puede que no consigas dominar esa habilidad, y surja la frustración.

Si no quieres que eso ocurra, hemos organizado una formación presencial de 16 horas que te ayudará a recorrer el camino para llegar a brillar al hablar en público. Es tu oportunidad para dejar atrás los sudores y los temblores cuando te toque hablar delante de otras personas, empezar a proyectar seguridad y control y aprender a transmitir mensajes impactantes. Inscríbete ahora en el Curso para hablar en público.

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